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Incorporarse a la Ruta de la seda ¿Acierto o error de Alberto Fernández?
La semana pasada, el presidente Alberto Fernández inició una gira por Rusia, China y Barbados. Durante la misma se reunió con el Presidente de la República Popular China, Xi Jinping para formalizar el ingreso de Argentina a la Ruta de la Seda, mediante la firma de un acuerdo.
La Ruta de la Seda es un proyecto económico de la República Popular China que se remonta a la antigua Ruta de la Seda, para potenciar los vínculos con el resto del mundo a través de la creación de dos grandes rutas comerciales, una marítima y otra terrestre, que unirán al gigante asiático con el corazón de Europa, África y América Latina.
Mediante este acuerdo, el Gobierno anuncia inversiones chinas por u$s 23.700 millones. El financiamiento es a través de instituciones financieras privadas o gubernamentales chinas y organismos internacionales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y pueden incluir diferentes elementos en cada caso, como la transferencia de tecnología o el uso de componentes locales para construir la obra en cuestión.
Para China, el objetivo no es solo económico sino que lo ve como un modelo de desarrollo para combatir el extremismo y el separatismo en su región más occidental, Xinjiang, vulnerable a la instabilidad de Asia Central y Medio Oriente.
De esta manera, evita involucrarse en conflictos políticos en los países vecinos, a la vez que contribuye a su pacificación mediante el desarrollo económico.
Con este megaproyecto, emblema del Gobierno de Xi Jinping, el país asiático busca traer a la actualidad la legendaria ruta comercial por la que fluyó el comercio entre China y Europa a través de Asia Central durante las dinastías Han (206 a. C. hasta el 220 d. C) y Tang (618 hasta 907), los tiempos más gloriosos de la China imperial, al tiempo que reafirma su vocación de restaurar su tradicional lugar como superpotencia.
La iniciativa, que es vista como un Plan Marshall del siglo XXI con el que China pretende moldear sus vínculos con el mundo, incluye el 75% de las reservas energéticas conocidas en el mundo, el 70% de la población mundial y generaría el 55% del PBI mundial.
Un total de 139 países están adheridos, entre los cuales hay 30 europeos, 37 asiáticos, 54 africanos y 13 de América Latina.
El primer país latinoamericano en unirse fue Panamá, pero más tarde se sumaron Antigua y Barbuda, Barbados, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guyana, Jamaica, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Pero como del dicho al hecho hay mucho trecho. Son muchos los que se preguntan: ¿Cuán ventajoso es haberse unido a la Ruta de la Seda? ¿Será un acierto u otro error del presidente, Alberto Fernández, que podría costarnos caro?
Si hacemos memoria, tenemos un precedente en 2019, cuando un informe periodístico de la agencia internacional Reuters expuso la falta de supervisión de las autoridades argentinas sobre la estación espacial China en Neuquén y desde un comienzo, advirtieron sobre las posibles vulnerabilidades que implicaba para la defensa nacional el opaco acuerdo rubricado entre el gigante asiático y el gobierno de Cristina Kirchner.
Cuando se proyectó, su propósito era explicar la función de su poderosa antena de 16 pisos. El centro ahora está construido detrás de una cerca de alambre de púas de 2,5 metros de alto que rodea todo el complejo de la estación espacial y se advierte mucha presencia militar.
El objetivo declarado de la estación es la observación y exploración espacial pacífica, pero los mismos neuquinos dicen: "algo están ocultando porque si solo tienen un telescopio para ver la luna, no sería necesaria tanta vigilancia militar"...
La instalación de esa base en Neuquén ha sido foco de denuncias por parte de países desarrollados que desconfían de las intenciones del régimen de Beijing.
Ya en Junio de 2015, el periodista Jorge Lanata estuvo en Neuquén realizando una investigación y así anunciaba lo que luego mostraría en su programa PPT: "“Cedimos 200 hectáreas en la Patagonia por 50 años, libre de impuestos y con cláusulas secretas. Dicen que es para uso civil pero la maneja un militar de altísimo rango, a través de un convenio firmado con la presidenta Cristina Kirchner en febrero de 2015 y por el cual se le entrega la explotación de ese territorio durante 50 años y con eximición de pago de impuestos".
Todas estas dudas no son solo de los neuquinos, se sabe que China quiere ser la potencia número uno en el mundo y no escatimará recursos para conseguirlo, por lo tanto, se teme que parte de nuestro país se convierta en territorio chino. Ya en aquel momento, la oposición cuestionó la iniciativa por tratarse de una “cesión de soberanía” e incluso se mostraron preocupados por el eventual uso militar del área.
Ahora, para entender mejor qué es la Ruta de la Seda:
Fue una red de rutas comerciales organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo I a. C., que se extendía por todo el continente asiático, conectando a China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África.
Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba por ella, la seda, cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían. Los romanos (especialmente las mujeres de la aristocracia) se convirtieron en grandes aficionados de este tejido, tras conocerlo antes del comienzo de nuestra era a través de los partos, quienes se dedicaban a su comercio. Muchos productos transitaban estas rutas: piedras y metales preciosos (diamantes de Golconda, rubíes de Birmania, jade de China, perlas del golfo Pérsico), telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, porcelana, vidrio, materiales manufacturados, coral, etc.
El Imperio parto, también conocido como Imperio arsácida, fue una de las principales potencias políticas y culturales iranias del antiguo Irán. Su segundo nombre proviene de Arsaces I que, como líder de los parnos, fue su fundador a mediados del siglo III a.C. cuando conquistó la región de Partia, en el noreste de Irán.
Los partos tuvieron un papel decisivo en la creación de la Ruta de la Seda, la gran vía comercial que unía China con el Próximo Oriente y, desde allí, con el Imperio romano, por la que circulaban toda clase de valiosos productos, en particular los tejidos de seda. Tras establecer relaciones diplomáticas con la dinastía Han, los partos promovieron la ruta a través de sus dominios, garantizando la seguridad y las paradas para las caravanas y, a la vez, recaudando peajes y aranceles.
El arma fundamental de los partos fue la caballería. Los jinetes partos destacaban por su extraordinaria habilidad de monta y por su destreza en el uso del arco.
En junio de 2014, la Unesco eligió un tramo de la Ruta de la Seda como Patrimonio de la Humanidad con la denominación Rutas de la Seda: red viaria de la ruta del corredor Chang’an-Tian-shan. Se trata de un tramo de 5000 kilómetros de la gran red viaria de las Rutas de la Seda que va desde la zona central de China hasta la región de Zhetysu, situada en el Asia Central, incluyendo 33 nuevos sitios en China, Kazajistán y Kirguistán.
Susana Espósito - Noticia publicada el: Lunes 07/02/22 - (Cantidad de caracteres: 7174)
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