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www.conozcabuenosaires.com.arIncontrolable vandalismo en Buenos AiresEl vandalismo en Buenos Aires es un problema que lejos de desaparecer, crece. Robos de piezas de monumentos, placas de bronce robadas en cementerios, herrajes de edificios, porteros eléctricos y por supuesto, graffitis que se visibilizan en monumentos y fachadas. Hay 26 reclamos por día por pintadas en frentes de casas y edificios. En el último año fueron resueltos 8 mil pedidos de denuncias por graffitis, que el Gobierno de la Ciudad se ocupó de limpiar y repintar, pero lo grave es que a los pocos días, vuelve a suceder y resulta imposible controlar. También son muchas las pegatinas de afiches publicitarios y volantes, en todos los edificios de la ciudad. Estas situaciones generan enojo de los vecinos que ven dañadas sus viviendas y además el gasto económico que significa tener que limpiar y repintar o en el caso de sustracción de herrajes y porteros eléctricos, el importante costo de la reposición. Los reclamos se hacen a través de la línea 147 y los frentistas perjudicados pueden pedir la reparación. Al mismo tiempo, cada una de las 15 comunas puede actuar de oficio si los daños están en espacios públicos. El servicio funciona por pedidos y reclamos de quienes sufrieron pintadas en los frentes de sus casas o edificios. Con esto, se busca evitar conflictos como los ocurridos en 2019, cuando las cuadrillas del Gobierno porteño borraron por error murales de artistas, que habían sido autorizados por los mismos propietarios. Una vez que llega el pedido del vecino, se realiza una primera inspección para determinar si la restauración se puede realizar mediante hidrolavado. Luego se consensúa con el propietario el trabajo a realizar. "Los tiempos de resolución de los trabajos varían de acuerdo a lo que se haga", dicen fuentes del Gobierno porteño, y agregan: "Cuando son de pintura las demoras pueden ir de 30 a 60 días entre la primera inspección ocular y el trabajo terminado". El servicio que presta la Ciudad abarca el pintado de frentes vandalizados, el hidrolavado y limpieza de los muros (en los casos de estructuras de mármol, piedra o ladrillo), y también el retiro de objetos en desuso o la remoción instalaciones prohibidas, como canteros no autorizados. Por ejemplo, "mobiliario urbano obsoleto, abandonado o que implique un obstáculo para el normal desarrollo de actividades de vecinos y vecinas, el que suponga un riesgo a la circulación y el que afecte al confort. También se remueven cables que estén colgando colgando y escombros de todo tipo". Entre los reclamos también puede pedirse la remoción de postes de piedra, buzones rojos deteriorados, estructuras de cemento, pilares de concreto de mediana altura, caños, pernos o tornillos. "Queremos una ciudad limpia y por eso cuidamos y embellecemos no solo el espacio público, que es de todos, sino también la vivienda de cada uno de los vecinos”, destacó Felipe Miguel, jefe de Gabinete de la Ciudad y agregó: “Es nuestra responsabilidad trabajar en su mantenimiento, porque ni las paredes ni los frentes de las casas o instituciones de la Ciudad son para dejar mensajes políticos, grafitis, ni publicidades”. Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 11/08/22 - (Cantidad de caracteres: 3133) |
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