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Refuncionalización de espacios del ex Zoológico y actual Ecoparque
El Jardín Zoológico de Buenos Aires había sido inaugurado el 11 de febrero de 1888 y cerró sus puertas el 23 de junio de 2016 para ser convertido en Ecoparque.
Han transcurrido siete años y aunque se ha ido trabajando para su refuncionalización, aún no se finalizaron las obras, en parte por los retrasos que impuso la pandemia.
Muchos no logran entender el cierre del Jardín Zoológico, ya que todavía habitan el predio varios animales que no pudieron ser trasladados, como las jirafas, que por su altura se hace difícil hacerlo.
En cuanto a algunos trabajos notables podemos citar el uso de las jaulas que otrora habitaban grandes felinos y en las que hoy funciona un original espacio gastronómico. Resulta simpático ver que ahora no hay animales enjaulados, ni aroma desagradable, hay humanos que huelen muy bien y están degustando riquísimos platos.
Así como ocurrió con este nuevo espacio, también hubo otras intervenciones y próximamente, las jaulas que ocuparon los osos, podrían convertirse en un mercado gastronómico de uso similar.
La restauración de la fachada y la obra edilicia consistió en la restauración de los pisos calcáreos, las aberturas, las antiguas rejas, los techos y la modificación de los espacios para convertirlos en un centro de entretenimiento educativo.
Además de las opciones gastronómicas, a cargo del concesionario Crepas, la magnitud del edificio ofrece la posibilidad de realizar otras actividades como una exposición sobre dinosaurios que vivieron en la Argentina, simuladores, cine 4D con películas documentales de las ecorregiones argentinas, un auditorio para obras de teatro infantiles y espacios para conferencias o charlas con organizaciones ambientales.
La restauración del pabellón es parte de las obras de reapertura del Ecoparque que ya tiene un 85% de superficie intervenida, lo que representa un total de 14 hectáreas y la puesta en valor de 32 de los 43 edificios patrimoniales, muchos de los cuales también ofrecen atractivos gastronómicos.
Para fines de este año se prevé que se completen las obras de senderos y parquización que permitirán abrir la totalidad del parque. En relación a los usos destinados el 51% de la superficie se destinó a conservación, el 32% a educación y el 11% a servicios al público incluyendo sanitarios.
Otras intervenciones terminadas son: el ambiente del cóndor, un espacio creado para los programas de conservación de la especie; el exrecinto del oso polar que se reconstruyó para el proyecto de conservación lobo gargantilla, una especie amenazada y muy importante para los ecosistemas del noreste de la Argentina. La ex leonera se reconvirtió en un ambiente para pumas donde, por ejemplo, fue trasladado un felino rescatado de una casa familiar en Mataderos. Para dejarlo en condiciones, el ambiente fue restaurado por completo tanto en la fachada, la fosa perimetral, las paredes y el perímetro.
Los guacamayos rojos son los nuevos habitantes del área que tiempo atrás ocupaban los felinos y que se convirtió en un ambiente multifuncional. Para ello se reemplazaron vidrios, la malla superior, se consolidó la herrería portante y la seguridad del lugar para albergar a una especie considerada extinta y que ya tiene más de 20 individuos criados en Ecoparque que vuelan libres en su hábitat natural, los Esteros del Iberá.
Además, se consolidó una zona multifuncional de mamíferos con la intervención de más de 4000 m². Los trabajos consistieron en construir un ambiente para recibir mamíferos de rescate de gran tamaño (por ejemplo, tapires). Se modificaron los miradores para ofrecer una vista amplia y segura, la nueva fosa perimetral, las piletas y las áreas de manejo de los animales.
De acuerdo a lo informado por fuentes del nuevo Ecoparque, a fines e 2023, seguramente, porteños y turistas podrán recorrer la totalidad de este nuevo espacio con fines recreativos y educativos.
Vale la pena recordar que el Parque 3 de Febrero funciona como "los grandes pulmones de la ciudad", fue por creado por iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento, pero, el Intendente de la ciudad, Antonio Crespo, creó el Zoológico de Buenos Aires y el primer director del mismo fue Eduardo Holmberg, quien fue designado en 1888 y ocupó ese cargo durante 15 años.
Asimismo merece ser mencionado Clemente Onelli, quien fue director desde 1904 a 1924, y su gestión le dio un gran impulso al jardín zoológico. Onelli le agregó un aspecto didáctico, ya que implementó paseos en ponis, elefantes y camellos, aumentando la cantidad de visitantes, durante el primer año de su gestión, de 1500 a 15 000 personas que lo visitaron.
Como perlita final, en este zoológico nació el primer elefante asiático en un zoo del mundo.
Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 09/08/23 - (Cantidad de caracteres: 4731)
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