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www.conozcabuenosaires.com.arEl cinturón se quedó sin agujeritos para seguir ajustándoloDesde la asunción del nuevo presidente, Javier Milei y acorde a lo que había anunciado que haría si llegaba a la presidencia, se produjo un aumento tan importante en todos los rubros que obligó a los argentinos a ajustar al máximo sus cinturones, para poder llegar a fin de mes, aunque muchos no logran hacerlo. La licuación de los ingresos de los argentinos –que viene desde 2018– y el sinceramiento de los precios de la economía que se produjo en los últimos dos meses, impactó de lleno en lo más sensible del bolsillo. El consumo masivo cayó en enero un 3,8%. La retracción es “moderada” frente a otros rubros de la economía que sufren más la política de shock del actual Gobierno. En diciembre, por caso, la construcción se desplomó 12,2% y la industria, 12,8%. En enero, la venta de autos cayó un 33% y la de motos, 18,7%. También en ese mes, los despachos de cemento bajaron 20%, mientras las ventas minoristas de pymes se hundieron 28,5%. Sin embargo, la baja del consumo masivo es más notoria debido a que en el segundo semestre de 2023, en el que mostró números en alza impulsados por el “Plan Platita” en contexto electoral y un cepo cambiario que, ante las expectativas devaluatorias, empujaba a los argentinos –sin acceso al dólar– a las góndolas. Había que comprar todo lo que se pudiera para invertir en algo y sufrir lo menos posible la devaluación de nuestra moneda. Quienes van al supermercado observarán que hay menos cantidad de gente, changuitos que cargan lo mínimo indispensable e incluso compras de segundas marcas, que tienen precios más accesibles. La eliminación de los programas oficiales de controles de precios, habría comenzado a borrar la brecha entre canales, supermercados y autoservicios, que había llegado a casi 50% (hasta diciembre mucho más barato comprar en los primeros). También las industrias y los comercios deberán cambiar el foco. Luego de los saltos de precios de diciembre y enero, y ante la caída de las ventas, algunas firmas comenzaron a recalibrar y ya aparecen bonificaciones y promociones. “Las empresas ahora deben recalibrar sus estrategias de precios, que estaban muy distorsionadas. El Gobierno soltó los precios y el mercado se acomodó solo”, dijo Guillermo Oliveto, director de la consultora W, que señaló que, al comienzo, hubo aumentos de dos dígitos, muchos por cobertura ante la incertidumbre. “El dato del primer número del consumo masivo de la era Milei muestra que volvió el mercado”, agregó el experto, que adelanto que, luego de los fuertes incrementos, comenzaron a aparecer reacomodamientos con bonificaciones y promociones, por lo que las empresas volverán a generar músculo en sus dinámicas comerciales. Luego aseguró que las “enormes distorsiones” que existían entre el canal tradicional (autoservicios) y los supermercados se revirtió rápidamente con la liberación de precios. Eso explicó, cree él, las fuertes caídas en los súper, que venían mostrando alzas, y la resistencia de los autoservicios el mes pasado. Se pasó de un mercado de oferta, donde ganaba el que tenía stocks (por las trabas a las importaciones), a uno de demanda, en el que gana el que mejor conecta con las machucadas posibilidades de compra del consumidor. En simultáneo, se pasó de un mercado de abundancia de pesos –que obligaba a gastarlos rápido por la inflación– a uno en el que faltan pesos y el consumidor opta claramente por ser cauteloso y previsor. Todos sus modelos muestran una caída del consumo masivo en 2024. El optimista, con una pérdida del poder adquisitivo de 5%, refleja una retracción de casi un punto. Uno medio, con una baja del poder adquisitivo de 20%, refleja un -6%, Otro pesimista, con una caída de 30 puntos en el poder de compra, muestra que el consumo se derrumbaría 10%. Los rubros, a nivel nacional y más allá de los canales de ventas, cayeron casi todos en enero: alimentación (-2,6%), desayuno + merienda (-4,5%), perecederos + fríos (-0,5%), limpieza de ropa y hogar (-6,6%). higiene + cosmética (-7,2%) y bebidas con alcohol (-11,3%). El único rubro con alzas fue “impulsivos” (+8,4%). Los supermercados, que por más de dos años arrojaron números positivos, sufrieron una baja de ventas de más de 8%. Fuentes de la Consultora Scentia agregaron que es probable que también se intensifiquen algunos hábitos ya vistos en el pasado, como, por ejemplo, una mayor frecuencia de compra y menor cantidad de unidades por ticket, “con el fin de cuidar más el gasto en cada acto de compra”. “Vemos un cambio de 180 grados lógico y previsible: pasamos de un mercado de oferta, donde ganaba el que tenía stocks, a uno de demanda, en el que gana el que mejor conecta con los deseos y las posibilidades del consumidor”, agregó el especialista Oliveto. “En simultáneo pasamos de un mercado de abundancia a uno de escasez. Sobraban pesos y había que gastarlos rápido. Ahora faltan pesos y hay que saber administrarlos con cautela y precisión. La variable del año será el acceso. En definitiva, el puente entre lo que se quiere y lo que se puede”, cerró. Luego de la devaluación de diciembre y la liberación de precios, la inflación del último mes del año fue de 25,5%. En enero, desaceleró a 20,6%. El ministro de Economía, Luis Caputo, dijo que este mes la inflación “va a estar más cerca de 10% que de 20%. Vamos a ver una baja sustancial que es producto del control fiscal y monetario que estamos llevando a cabo”, afirmó. A pesar de que Caputo dijo que, a fin de año, la economía puede mejorar, Milei, ya anticipó que este será un año marcado por la inflación y la recesión. El consumo ya lo sufre y los argentinos ya no tienen más agujeritos en el cinturón para seguir ajustándolo. Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 22/02/24 - (Cantidad de caracteres: 5699) |
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