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La gente quiere colaborar y resistir pero no llega a fin de mes

El 56% de los argentinos votaron por un cambio y nada debería ser una sorpresa, porque el nuevo presidente había dicho en campaña cuáles serían las medidas que tomaría si llegaba a ser el elegido. Pues Milei es el presidente y está cumpliendo gran parte de lo que anticipó que haría, aunque el costo lo está padeciendo totalmente la clase media y los jubilados, más que la "casta", como se había dicho.

Los permanentes aumentos de precios en los transportes públicos, prepagas, medicamentos, cuotas escolares, alimentos y bebidas, indumentaria y calzado, además de los servicios e impuestos, hacen que resulte imposible llegar a fin de mes, cuando los sueldos no se incrementaron de acuerdo a esos aumentos. Ni qué hablar de quienes viven en departamentos y deben pagar expensas y mucho peor es para quienes tienen que pagar un alquiler.

Ya es mucha la gente que no puede asumir el costo de las prepagas y se han borrado y lo mismo ocurre con quienes mandaban a sus hijos a escuelas privadas, que debieron pasarlos a escuelas públicas por no poder pagar las cuotas.

Es angustiante, porque como bien sabemos, los hospitales están abarrotados de gente muy humilde, no sólo de CABA, sino del conurbano bonaerense, que vienen a atenderse a Capital por la deficiente atención en la provincia de Buenos Aires. A su vez, los médicos se quejan por estar sobrecargados de trabajo y los bajos sueldos que cobran y como si fuese poco, la falta de insumos.

Con respecto a quienes con gran esfuerzo mandan a sus hijos a escuelas privadas, lo hacen porque es imposible soportar tantos paros de docentes, manejados por Baradel y otros, que privan a los chicos de ir a clases y por eso, el aprendizaje es deficiente, pero lamentablemente, en muchos casos, no les ha quedado más remedio que cambiar de lo privado a lo público.

En los últimos días, varios medios de comunicación recogieron testimonios de personas que expresaron su amargura e impotencia ante esta situación. Todos entienden que era necesario un cambio y quieren acompañar y tratan de resistir, pero ¿cómo hacerlo si no tienen dinero para asumir los costos de sus necesidades básicas?

"Todo está carísimo". La expresión se ha vuelto común en el día a día para describir la situación angustiante que enfrenta gran parte de la sociedad ante el aumento de precios en todos los rubros. Dentro de ese panorama, la educación y la salud son los problemas más sensibles.

El impacto se refleja en todos los ámbitos y las familias se ven obligadas a tomar decisiones.

Se ve más gente durmiendo en las calles, hablando solos en los supermercados, tomando productos de las góndolas y al ver el precio, vuelven a dejarlos en su lugar.

Esther, una mujer de 68 años, estaba haciendo sus compras en uno de los grandes supermercados de Recoleta y al llega otra señora a la parte de fiambrería dijo: "buen día", entonces Esther le respondió: "En serio siente que es un buen día, con estos precios horrorosos. Acabo de llegar de Uruguay, donde todo está carísimo pero encontré que en Argentina esto es terrible, no se puede más". Las dos mujeres siguieron unos minutos haciendo catarsis y concluyeron en que es realmente angustiante, aunque ambas admitieron que, aunque con algo de sacrificio, por ahora podían comprar comestibles y que hay mucha gente que lo está pasando muy mal, no tienen qué comer...

Mientras todo esto sucede, la semana pasada se habían aprobado aumentos en el Congreso y también salió a la luz que los hubo para el señor presidente, sus ministros y el equipo de trabajo. Finalmente, Milei dijo que el aumento fue automático y respondía a un decreto que Cristina había firmado durante su gestión, pero que ahora él derogará...

Por favor señor presidente, siga cumpliendo sus promesas y no castigue a los trabajadores que somos el motor del país, el sacrificio debemos hacerlo todos y usted debe predicar con el ejemplo. No nos defraude, queremos el cambio que usted prometió, y con mucho sacrificio lo acompañamos, pero que lo hagan TODOS, "la casta" tan criticada por usted y el resto, por el bien de nuestro bendito país.

Por último, no olvide que la jubilación corresponde a quienes trabajaron tantos años e hicieron sus aportes, esos son los que deben pasar sus últimos años dignamente, no los equipare con quienes nunca hicieron nada, ni trabajaron, ni aportaron y terminan cobrando todos lo mismo. Tenga consideración, piense que podrían ser sus padres, aunque seguro que los suyos, no pasan esas penurias. Que Dios le de la inteligencia para resolver esta grave situación y el corazón para que cada uno reciba lo que corresponde.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Domingo 10/03/24 - (Cantidad de caracteres: 4642)