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    ¿El Río color de león o el río color Dulce de leche?

    Quienes visitan Buenos Aires suelen sorprenderse al ver el Río de la Plata, que por su anchura sorprende y creen es mar. Desde su descubrimiento se lo ha nombrado de diferentes maneras, por ejemplo, poéticamente, Jorge Luis Borges lo llamaba “el río color de león”, por esa coloración amarronada que dependiendo como le dé la luz solar puede parecerse al de la piel de un león.

    Si viajamos en el tiempo, es interesante recordar que el 2 de febrero de 1516 fue cuando llegó al actual Río de la Plata una expedición al mando de Juan Díaz de Solís y al comprobar que el agua no tenía sabor a sal, lo llamó mar dulce. Años después, el 12 de enero de 1520, llegaría Hernando de Magallanes y en una de las escalas de su largo viaje, al servicio del Rey de España y en búsqueda de un mar que comunique los dos océanos, llegó al Río de la Plata y lo llamó Río de Solís, en homenaje a su descubridor Juan Díaz de Solís.

    La expedición de Magallanes había comenzado en Sanlúcar el 20 de septiembre de 1519 y al darse cuenta que era un gran río, el comandante lo denominó Río de Solís, recordando a su descubridor, quien en 1516 fue el primer europeo en llegar al estuario. Con la muerte de Magallanes en abril de 1521, la expedición continuó al mando de Juan Sebastián Elcano, logrando la primera circunnavegación de la Tierra en 1522.

    Según dicen, el Río de la Plata es el más ancho del mundo, midiendo 200 kilómetros en su desembocadura en el océano Atlántico. Pese a que parece mar ya que no es posible ver la costa contraria en gran parte de su recorrido, es también poco profundo, en algunos sectores ni siquiera llega al metro de profundidad. Su escasa profundidad se debe al arrastre de sedimentos del caudaloso Paraná y sus afluentes cuyos fondos de limo dan ese color tan característico del “río color de león”.

    Esa poca profundidad lo hace poco apto para la navegación, por lo que debe ser permanentemente dragado. El canal Mitre posee entre 12 y 14 metros de profundidad y es prácticamente la única forma de que los buques cerealeros, petroleros y containeros puedan llegar a los puertos de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe.

    También el escritor Julio Cortázar lo definió como "el río color dulce de leche La Martona". Una simpática manera de llamarlo, tal vez por recordar que alguna vez alguien creyó que era un mar dulce y seguramente porque probó el reconocido dulce de leche, que tiene un color amarronado como el del río.

    Finalmente, otro escritor, Leopoldo Lugones, en su poema "A Buenos Aires", cita en una de sus estrofas al Río de la Plata de la siguiente manera:

    Rio color de leonPrimogénita ilustre del Plata,
    en solar apertura hacia el Este,
    donde atado a tu cinta celeste
    va el gran río color de león;
    bella sangre de prósperas razas
    esclarece tu altivo linaje
    y en la antigua doncella salvaje
    pinta en oro su nombre sazón.


    Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 20/08/24 - (Cantidad de caracteres: 2860)




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