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Estudiantes argentinos crearon un
importante proyecto con Inteligencia Artificial

Un grupo de estudiantes de la Escuela Técnica N°7 de Quilmes, han ideado un proyecto para crear una silla de ruedas que podrá moverse, siendo controlada con la mente. Sería un importantísimo logro para personas que necesitan utilizar sillas de ruedas y no pueden manejarla con sus manos.

Son alumnos de una escuela técnica que están desarrollando un prototipo que utiliza Inteligencia Artificial y ellos aseguran que con sólo imaginar el movimiento, la silla se podrá mover en la dirección deseada.

Lo cierto es que el objetivo de ese proyecto es lograr equidad y bienestar para personas con movilidad reducida. Esto sí que merece ser difundido y evaluar cuánto más inclusivo es un proyecto de estas características, en tiempos en que parece que a algunas personas solo les importan trivialidades como hablar un "lenguaje inclusivo", que distorsiona el rico idioma español y así ocurre con tantas otras propuestas, que se embanderan en la inclusión y son solo para grupos reducidos que tienen elecciones con las que la mayoría de la sociedad no termina de aceptar y están en su derecho de no hacerlo.

Los estudiantes Nicolas Adell, Ian Gil Soria, Lucas De Blasi, Santiago Sojka, Luciano Montenegro y Danilo Díaz, están cursando el último año y están desarrollando el proyecto Brain Intelligence Artificial System o mejor conocido por sus siglas BIAS, una silla de ruedas que gracias a diferentes circuitos tecnológicos e inteligencia artificial, puede ponerse en funcionamiento con solo pensar en el movimiento hacia delante, atrás o hacia los costados.

Danilo Díaz, encargado de la parte del sistema de movimiento de la silla de ruedas, explicó en qué consiste el proyecto: "Luego de dedicarle muchas horas de investigación y qué materiales se encontraban en la escuela, llegué a la conclusión de que es factible y que podemos realizarlo". El grupo cuenta que en Latinoamérica el desarrollo de las tecnologías en el campo de la movilidad reducida es escaso. Por esta razón, con el objetivo de generar un avance que también pueda mejorarse a futuro, establecieron que buscan "hacer un impacto positivo para las personas que no pueden movilizarse".

"Cuando uno realiza un movimiento, genera el mismo estímulo en el cerebro que cuando se lo imagina. Bajo este fundamento, ideamos que la persona se imagine el movimiento y que con el mismo estímulo pueda mover la silla", explican los miembros del proyecto.

A través de diferentes mecanismos, podrían lograr que una máquina capte las ondas cerebrales y sean traducidas en movimientos. A través de diferentes mecanismos, podrían lograr que una máquina capte las ondas cerebrales y sean traducidas en movimientos.

En este sentido, diseñaron un electroencefalógrafo nuevo ya que el anterior era un neurosky mindwave mobile 2 y solo tenía un canal de lectura de movimiento lo que hacía que estos no fueran precisos. Al diseñar un nuevo módulo con ocho canales, permite diferenciar con mayor exactitud los distintos patrones.

Este electroencefalógrafo, que se coloca en la cabeza y se encarga de captar las ondas cerebrales y darle la información a la inteligencia artificial (IA), traduce los movimientos para luego ejecutarlos. A su vez, para que esto sea eficiente, a la IA se la entrena dándole muestras de pensamiento para que entienda las diferentes variaciones. "Le damos 10 muestras de que tiene que ir para atrás y ahí entiende que se tiene que mover para atrás. Además tiene la función de reconocer cuando no hay un movimiento, para que no se genere uno cuando no se desee", comentan.

Además, la silla cuenta con un sistema de emergencia que funciona para prevenir chocar contra obstáculos o si la máquina hiciera una mala lectura del movimiento, pueda ser detectada y poder prevenirla.

Aparte de tener que desarrollar un nuevo electroencefalógrafo y de ser un proyecto con avances nuevos en este campo, se encontraron con la dificultad de que la silla de ruedas motorizada con la que iban a trabajar, no tenía todas sus partes. Por este motivo, tuvieron que restaurarla y motorizarla ellos mismos.

Hoy en día la comercialización de las sillas de ruedas más básicas está cerca de los $200.000, mientras que las eléctricas pueden llegar a superar los $2.000.000. Es por ello que BIAS busca la manera de que esta novedad sea lo más accesible e inclusiva posible. "Al desarrollar nosotros gran parte de todo los sistemas, baja bastante el costo", explicó Nicolas Adell, encargado del manejo de software relacionado con los motores.

Si bien todo el material que están utilizando pudieron encontrarlo en la escuela o desarrollarlo ellos mismos, Luciano Montenegro, quien se encarga del mantenimiento de los motores, explica: "Necesitamos que alguien nos dé cursos de capacitación para poder seguir avanzando o si alguien nos quiere ayudar prestando herramientas, sería de mucha utilidad". Además, Danilo enfatiza en que si bien reciben ayuda de la escuela y de sus profesores, hay cuestiones de biomedicina que son ajenas a ellos y les sería de utilidad capacitaciones en estos temas.

¿Cuándo podrían terminar la silla?
Los creadores de este proyecto, estiman poder presentar el prototipo para fin de este año. En octubre se llevarán a cabo las Olimpiadas Nacionales de Tecnología, en la que participan escuelas técnicas de todo el país y esperan poder realizar allí la presentación de la silla. "Este lugar sería bueno para dar conocimiento a la escuela y al proyecto", concluyen.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 11/06/24 Fuente: Clarin - (Cantidad de caracteres: 5495)