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www.conozcabuenosaires.com.arCuando en nombre del arte se hace un buen negocioHace algunas semanas se difundió la imagen de una banana pegada a una pared con cinta adhesiva. Se presentó como una "obra de arte" creada por Maurizio Cattelan, que fue subastada en Sotheby´s, el pasado miércoles 20 de noviembre y se vendió por 6,2 millones de dólares. La pieza, llamada Comedian, superó su estimación previa a la subasta de 1,5 millones de dólares. La cuestionada "obra de arte", conocida por ser una banana adherida a una pared con cinta adhesiva, fue adquirida por Justin Sun, un empresario chinoestadounidense del sector de criptomonedas. Esta venta reavivó el debate sobre qué puede considerarse arte y hasta dónde llegan los límites del mercado artístico. Maurizio Cattelan es un artista conceptual italiano conocido por sus obras polémicas. El Museo Solomon R. Guggenheim le dedicó una exposición retrospectiva en el año 2012. Las obras de Cattelan se caracterizan por incluir humor y sátira, lo que ha generado controversias. Este sello ha hecho que a veces se le considere en la escena artística como un bromista o un bufón, pero de lo que no hay dudas es que le ha dado buenos resultados y mucho que hablar. La "famosa banana" fue presentada en la feria Art Basel en Miami en el año 2019. La obra consistió en un plátano o banana que el asistente del galerista compró en una tienda de Miami, el cual estaba sujeto con una cinta adhesiva gris en una pared blanca. La pieza, con tres versiones (todas vendidas durante la feria) tenían un valor de 120,000 dólares estadounidenses. La pieza, de por sí polémica, aumentó su notoriedad cuando un artista, David Datuna, decidió tomar la banana y comérsela, mientras fue grabado por los asistentes de la feria. Al acto de comer la obra de Cattelan, Datuna la denominó Hungry artist (artista hambriento). Ahora, esta semana fue sorprendente que alguien pudiera comprarla por esa cifra elevadísima. Justin Sun, quien la compró, no solo presumió su adquisición millonaria sino que anunció que se la comerá. Las compras de este tipo suelen ser discretas. Los compradores prefieren mantener el anonimato quizá por vergüenza o para evitar ser ridiculizados por pagar cifras exorbitantes por piezas tan controvertidas. Por el contrario, el cripto empresario hizo de su compra un espectáculo mediático. Anunció que comerá el plátano como una forma de “honrar su lugar tanto en la historia del arte como en la cultura popular” y “como parte de esta experiencia artística única”. Créase o no, en nombre del arte algunos hacen excelentes negocios y otros caen en la ridiculez. No faltará oportunidad para que alguien pegue un moco en una pared y haya quien lo compre y luego lo coma!!! puajjj. Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 27/11/24 - (Cantidad de caracteres: 2697) |
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