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Las ovejitas del Papa Francisco,
lloran la ausencia del pastor

El lunes 21 de abril, el mundo despertó con la triste e inesperada noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Si bien estaba recuperándose, después de varias semanas de internación, el domingo de Pascua, sorprendió a todos, cuando apareció en la Plaza San Pedro, para dar la bendición, desearles Felices Pascuas a los fieles y, sin saberlo (o tal vez presintiéndolo), despedirse de ellos.

Foto izquierda: Susana Espósito en Plaza San Pedro, Vaticano, durante el velatorio de Francisco. Foto derecha: Susana Espósito indica en qué lugar sería sepultado el Papa Francisco en la capilla lateral de la Basílica Santa María Maggiore en Roma.

Jorge Mario Bergoglio había nacido en el barrio porteño de Flores, el 17 de diciembre de 1936, fue el mayor de cinco hijos y creció en un hogar arraigado a los orígenes italianos y católicos de su familia. Sus padres lo bautizaron el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro. Durante su infancia estudió en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles de la localidad de Ramos Mejía. En 1957 decidió convertirse en sacerdote; ingresó al seminario del barrio Villa Devoto y al noviciado de la Compañía de Jesús. Entre 1958 y 1960, culminó sus estudios en el juniorado jesuita de Santiago (Chile).

Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de Teología, fue consagrado obispo titular de Oca, el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Fue consagrado obispo el 27 de junio de 1992 en la catedral de Buenos Aires. Cuando la salud de su predecesor en la Arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a debilitarse, Bergoglio fue designado arzobispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997 y al fallecer Quarracino, lo sucedió en el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998, cargo que lleva añadido el título de primado de la Argentina y el de gran canciller de la Universidad Católica Argentina. El 6 de noviembre de 1998 fue nombrado también ordinario para los fieles orientales desprovistos de un ordinario de su propio rito en Argentina.

Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, san Juan Pablo II lo creó cardenal con el titulus de San Roberto Belarmino y finalmente, el 13 de marzo de 2013, en la quinta ronda de votaciones del segundo día del cónclave, el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Benedicto XVI. Fue el 266º papa de la Iglesia católica y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 13 de marzo de 2013 hasta su muerte en 2025.

Sorprendió al mundo cuando al hacer su primera aparición ante los fieles, que minutos antes se habían enterado quién era ese "Papa del fin del mundo", que a partir de ese día sería el representante de Dios en la tierra, lo hizo simplemente vestido con su sotana blanca y despojado de todos los lujos que siempre exhibieron sus antecesores (collarete de oro y cruz con incrustaciones de piedras preciosas, anillo del pescador de oro, zapatos rojos de Cavalli y la moceta, abrigo rojo de terciopelo con bordes de piel blanca). Cuando el camarlengo, Kevin Farrell, le presentó esos accesorios que son tradición, todo fue rechazado amablemente por Francisco y como si fuese poco y para que quedara claro expresó: "el carnaval ya pasó". El siempre dijo que era un simple pastor que estaba allí para servir y no un soberano cargado de lujos que iba para ser servido. Así era Bergoglio, un hombre simple, el de los zapatos negros gastados, que dejaron su huella; el de su crucifijo y anillo de plata y de un amor infinito hacia todos, incluso hacia aquellos que lo han ofendido duramente.

Jorge Mario Bergoglio o simplemente "Franciscus", predicó con el ejemplo y eso fue lo que más valoró la feligresía e incluso, aquellos que practican otras religiones o ninguna en particular. El amor por los pobres, los ancianos, los niños, los que menos tienen; la predica por la paz y el cese de las guerras, la participación de las mujeres en la Iglesia, el NO juzgar a los homosexuales, el acercamiento a quienes han delinquido, se arrepintieron y les otorgó su bendición, el brindarles algo de dignidad a los indigentes, a quienes ofreció un lugar para asearse y cortarse el cabello. Sería muy extensa la lista de todo lo que hizo para mejorar y cambiar al mundo.

Gracias Papa Francisco, QEPD. Oramos por usted!

Susana Espósito - 4424 caracteres – Lunes 28/04/25